Cuando queremos bajar de peso uno de los factores más importantes a tener en cuenta son las emociones, sí has leído bien, nuestras emociones juegan un papel fundamental a la hora de controlar nuestro peso y son uno de los principales obstáculos cuando nos queremos poner a dieta y adelgazar.
¿Cómo influyen nuestras emociones?
¿Sabes qué emociones te impulsan a comer?
¿Cómo afrontas tus estados emocionales?
¿Por qué comer nos relaja?
Las emociones guían nuestros comportamientos, aunque en muchas ocasiones no seamos conscientes de ellas, están detrás de todos nuestros actos, hábitos y conductas, nos movemos por emociones, ya que actúan como un motor que nos acerca hacia aquello que nos produce placer y nos aleja de lo que nos produce malestar.
Alguna vez te has parado a pensar..
¿Por qué comes la mayoría de las veces? y ¿por qué comes lo que comes? ¿es por qué realmente tienes hambre? o quizás, porque estás tratando de satisfacer algún estado emocional.
¿Sueles comer cuándo sientes tristeza? ¿aburrimiento? ¿estrés? ¿enfado? ¿ansiedad? ¿alegría? y ¿cuándo te sientes vacío?
Saber qué nos impulsa a comer es muy importante para llevar a cabo las medidas adecuadas para poder controlarlo.
Muchas veces tratamos de satisfacer nuestras emociones a través de la comida, utilizamos la comida como una vía de escape, como una forma de calmarnos, para no tener que enfrentarnos a nuestros problemas y afrontarlos. Y está claro que esa no es la solución, es más, se puede llegar a convertir en un problema.
Por tanto, debemos aprender a identificar nuestros estados emocionales y a gestionarlos de manera adecuada para nuestro bienestar tanto emocional como físico.
Comer nos relaja porque a lo largo de nuestra vida hemos ido asociando la comida al bienestar, tanto a través de nuestra propia experiencia, como de lo que hemos ido aprendiendo y observando.
Alguna vez te has parado a pensar…
¿Qué hacen las madres y los adultos para intentar calmar a los bebés y a los niños cuando no saben qué les pasa o para que se tranquilicen? Les dan el pecho, el biberón, el chupete, un trozo de pan o una chuche.
¿Cómo se consuelan en las películas cuando tienen algún desengaño amoroso o están tristes? Básicamente poniéndose las botas con comida basura y helados.
¿Qué hacemos cuando queremos celebrar algún acontecimiento? Nos reunimos para comer y beber.
Sí, nuestro mundo emocional gira alrededor de la comida. A lo largo de nuestra vida y de forma inevitable hemos ido asociando la comida con nuestros estados emocionales sin apenas ser conscientes de ello, y la mayoría de las veces nos ponemos a comer sin saber por qué y sin querer hacerlo.
Por todo ello y en conclusión, es fundamental cuando nos ponemos a dieta o queremos controlar nuestro peso, hacernos conscientes de nuestras emociones, aprender a identificar qué estamos sintiendo y cómo podemos afrontar o gestionar esos sentimientos de una manera más beneficiosa para mejorar nuestra relación con la comida y alcanzar nuestros objetivos.
Te sentirás bien.
María Rey Durán
Psicóloga & Coach para el bienestar emocional.